El paciente se acuesta sobre la camilla, donde se le aplica un gel acuoso sobre la piel. Con un transductor, el médico recorrerá la zona a estudiar. En este examen se requiere la colaboración del paciente con la respiración y distintas maniobras que el médico le solicitará. En algunos casos no hace falta ninguna preparación especial, pero en otros, se requerirá desde ayuno hasta la ingestión de abundante agua y su retención. En todos los casos deberá consultar previamente para que se le den las indicaciones correctas.